March 1, 2023
La comida es un ritual. Un instante de reunión, una pausa en el caos del día a día. Se trata de un momento comunitario, desde
que se obtiene, a través de la recolección y la caza, hasta su preparación. Tomar el té o el café también son excusas para hablar y compartir, para sentarte alrededor de una mesa y pasar un rato de intimidad entre iguales.
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Somos animales gregarios, tendemos a buscar momentos de socialización. Y sin embargo, el ocio en occidente ha sido deglutido por el utilitarismo y la necesidad de consumo. Solo hacemos cosas que nos reporten un potencial beneficio, y por las que además, normalmente hay que pagar. Priorizamos la evasión por encima de la presencia, y alabamos el individualismo, ignorando deliberadamente el poder de las redes de apoyo. El valor de lo comunal. Comemos en una bandeja mientras vemos la serie de turno, nos quedamos dormidos delante del ordenador, salimos de compras bajo la luz aséptica de las grandes superficies para canjear el tiempo que hemos perdido trabajando por más pertenencias. Y así, llega el fin de semana y lo único que queremos es desconectar, no pensar, vaciar la mente a través del alcohol y las estrategias evitativas. .
Tal vez la solución sea recuperar el poder de los rituales, la magia de los cuidados. La simple felicidad de pasar el día con la gente querida. Comiendo, hablando, tomando un café, disfrutando de tocar un instrumento. Sin más pretensiones que las de estar ahí, pasando el tiempo.
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Sinceramente, siento que pasamos el 99% de nuestro tiempo complicándonos la vida innecesariamente. Y vosotrxs ¿qué tal lleváis el apoyaros en vuestro entorno? ¿tendéis a la evasión, o a la presencia?
(Las fotos son de los últimos meses, en Sudán con @lastplacestravel y en Marruecos con @viajesartesanalesmarruecos que es donde estoy right now)