
May 31, 2021
Amarna Miller official Instagram channel: La santa trinidad ha venido a Tenerife a hacer un working-holidays en toda regla. Estamos currando, si. Pero tumbaditos …

La santa trinidad ha venido a Tenerife a hacer un working-holidays en toda regla. Estamos currando, si. Pero tumbaditos al sol y muy relajados. Y entre otras cosas, toda esta situación me ha hecho reflexionar acerca de mi relación con el trabajo.
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Y es que me hierve la sangre cada vez que leo uno de esos discursos que tienden a idealizar el trabajo. Como si la única forma de conseguir el éxito (O incluso la felicidad) fuese a través de renunciar a nuestra vida en pos de una carrera laboral. .
Ya en su momento Martin Luther King argumentó que los trabajadores tenían que ver su empleo de la misma forma que veían “la llamada” de dios. Así, el trabajo se convertía en una obligación no solo material sino MORAL. La pereza como pecado tiene sus orígenes en la búsqueda de productividad (Y su consecuencia, la acumulación de capital). Seres humanos instruidos a pensar que su vida equivale a la de una fabrica: produce, crea, consume. No, el trabajo no te “eleva”. No, el trabajo no dignifica. Lo que dignifica es tener una buena calidad de vida. Tener tiempo para disfrutar de nuestro tiempo libre, de ver a nuestros padres, cuidar nuestros vínculos y criar a nuestros hijos. Lo que dignifica es escuchar nuestras necesidades. Lo que dignifica es salir de la precariedad. Lo que dignifica es emplear nuestro tiempo en cosas que nos hacen FELICES, saliendo de ese circulo vicioso que nos hace creer que estar ocho horas encerrado en un cubículo es ideal.
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Y hasta aquí la chapa de hoy. ¿Abrimos debate en los comentarios? Otro tema interesante a tratar: ¿Por qué asociamos el trabajo al sufrimiento? ¿Por qué cuando alguien disfruta de su trabajo pensamos que no está trabajando “de verdad”?
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Y es que me hierve la sangre cada vez que leo uno de esos discursos que tienden a idealizar el trabajo. Como si la única forma de conseguir el éxito (O incluso la felicidad) fuese a través de renunciar a nuestra vida en pos de una carrera laboral. .
Ya en su momento Martin Luther King argumentó que los trabajadores tenían que ver su empleo de la misma forma que veían “la llamada” de dios. Así, el trabajo se convertía en una obligación no solo material sino MORAL. La pereza como pecado tiene sus orígenes en la búsqueda de productividad (Y su consecuencia, la acumulación de capital). Seres humanos instruidos a pensar que su vida equivale a la de una fabrica: produce, crea, consume. No, el trabajo no te “eleva”. No, el trabajo no dignifica. Lo que dignifica es tener una buena calidad de vida. Tener tiempo para disfrutar de nuestro tiempo libre, de ver a nuestros padres, cuidar nuestros vínculos y criar a nuestros hijos. Lo que dignifica es escuchar nuestras necesidades. Lo que dignifica es salir de la precariedad. Lo que dignifica es emplear nuestro tiempo en cosas que nos hacen FELICES, saliendo de ese circulo vicioso que nos hace creer que estar ocho horas encerrado en un cubículo es ideal.
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Y hasta aquí la chapa de hoy. ¿Abrimos debate en los comentarios? Otro tema interesante a tratar: ¿Por qué asociamos el trabajo al sufrimiento? ¿Por qué cuando alguien disfruta de su trabajo pensamos que no está trabajando “de verdad”?